¿Se tambalea el poder de Assad en Siria?

MadridEl gobierno de Bashar Assad en Siria enfrenta una nueva ola de inestabilidad después de más de una década de conflictos y disturbios. Los eventos recientes sugieren que la situación de poder podría experimentar cambios. Varias razones están propiciando esta coyuntura.

Tropas sirias exhaustas y con pocos efectivos enfrentan avances rebeldes en áreas clave como Alepo. Las distracciones geopolíticas para los aliados de Assad, como Rusia e Irán, junto con la creciente preocupación regional por los flujos de refugiados y grupos extremistas, agravan la situación.

El ataque reciente de los rebeldes tomó a muchos por sorpresa. A pesar de aparentar estabilidad, el gobierno de Assad ha tenido dificultades para recuperar el control total de varias regiones. Esta situación ha reavivado temores y problemas en el país, poniendo en riesgo un nuevo período de agitación en Siria. Mientras los rebeldes continúan avanzando, el ejército sirio parece incapaz de detenerlos. Muchos soldados han abandonado sus puestos, lo cual es un problema significativo para un ejército ya debilitado.

Eventos globales significativos han impactado esta situación. Rusia, uno de los principales aliados de Siria, enfrenta sus propios conflictos, incluido el conflicto en Ucrania, lo que disminuye su capacidad para apoyar firmemente a Assad. Al mismo tiempo, Irán y Hezbolá manejan sus compromisos en Líbano y Siria mientras enfrentan problemas internos.

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Las recientes acciones de la Liga Árabe hacia Assad no garantizan la paz. Aunque estos esfuerzos están reintegrando a Siria en la política regional, no han ofrecido ningún apoyo concreto a los objetivos militares de Siria. Existe una gran preocupación por la posibilidad de que la violencia se extienda y de que más refugiados huyan de la región. Los países vecinos están inquietos por cómo estos problemas podrían afectarlos.

La comunidad internacional considera el conflicto en pausa, lo que permite a los grupos rebeldes reorganizarse y planificar. Estos grupos siguen centrados en sus objetivos a largo plazo. Sus acciones revelan fisuras en el control de Assad y demuestran que el conflicto sigue presente.

El control de Assad sobre el poder está debilitándose. Su ejército muestra menos lealtad, y los aliados extranjeros están retirando su apoyo, generando serios problemas. Si la situación continúa de este modo, el gobierno de Assad podría caer, lo que tendría consecuencias significativas en la región y más allá.