Cientos se movilizan en Brasil por la libertad religiosa
MadridCientos de personas se reunieron en Brasil para manifestar su apoyo a la libertad religiosa. El evento destacó la creciente preocupación por el trato injusto hacia las religiones, en especial las afro-brasileñas como el Candomblé y la Umbanda. Aunque la constitución protege estas prácticas, a menudo enfrentan discriminación y violencia.
En los últimos años, el cristianismo evangélico, especialmente las iglesias pentecostales emergentes, ha crecido rápidamente en Brasil. Estas congregaciones se enfocan en convertir a personas no creyentes, y su expansión ha sido vinculada a más casos de intolerancia religiosa. Como resultado, los seguidores de religiones afrobrasileñas frecuentemente enfrentan:
- Abuso verbal
- Discriminación
- Destrucción de templos
- Expulsión forzosa de barrios
Los registros gubernamentales revelan que las denuncias sobre intolerancia religiosa aumentaron un 140% entre 2018 y 2023. Esto subraya la necesidad urgente de abordar la discriminación religiosa en Brasil, donde las leyes existen pero no siempre se aplican correctamente.
Las personas que cometen actos de intolerancia religiosa pueden ser encarceladas hasta por cinco años y multadas. Sin embargo, muchas víctimas consideran que la ley no siempre se aplica de manera efectiva, lo que las pone en peligro. Los activistas creen que una mejor educación y una aplicación más rigurosa de la ley son imprescindibles.
Las tensiones culturales también juegan un papel en esta situación. Las religiones afro-brasileñas tienen antiguas tradiciones y rituales que muchos en la sociedad no comprenden ni respetan. Iglesias más recientes, como algunas de tendencia neo-pentecostal, a veces califican estas tradiciones de negativas o primitivas, exacerbando las divisiones sociales.
Para combatir la intolerancia religiosa, se debe poner énfasis en educar a las personas sobre las distintas prácticas religiosas y fomentar el respeto hacia ellas. Programas educativos que expliquen la importancia cultural e histórica de las religiones afro-brasileñas pueden ser muy útiles. Los líderes comunitarios también están pidiendo leyes más estrictas y mejores métodos para denunciar incidentes y apoyar a las víctimas.
La marcha demuestra que, aunque la libertad religiosa es un derecho, la forma en que las personas la practican depende de las percepciones de la sociedad y de quién tiene el poder. A medida que Brasil cambia, es fundamental que todos apoyen la libertad religiosa y se respeten mutuamente.
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