Financiamiento climático: empoderar a las naciones pobres en la reducción de carbono

MadridLas conversaciones climáticas de la ONU de este año son cruciales para definir el futuro de las acciones globales contra el cambio climático. El enfoque principal será cómo financiar a los países más pobres para reducir sus emisiones de carbono. La tarea es monumental y los compromisos financieros son esenciales. A pesar de que hay menos figuras famosas presentes este año, las discusiones siguen siendo de gran relevancia. China y Estados Unidos, los dos mayores emisores de carbono, no asistirán, lo que hace que estas conversaciones en Bakú sean aún más cruciales. Si las negociaciones no tienen éxito, los futuros acuerdos climáticos podrían enfrentar desafíos significativos.

Las principales promesas financieras en discusión tienen como objetivo:

• Ayudar a las naciones pobres a cambiar a fuentes de energía renovable.
• Apoyar la adaptación a los efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y el clima extremo.
• Ofrecer compensaciones por daños provocados por el clima.

El éxito de estos esfuerzos depende mucho del financiamiento de los países ricos, pero muchos de ellos están enfrentando cambios en su política. Esto complica el financiamiento para la acción climática global. Por ejemplo, si Trump, quien a menudo minimiza el cambio climático, vuelve a ser presidente, podría afectar las promesas financieras de EE. UU. Las organizaciones como los bancos multilaterales e inversores privados son cruciales para ayudar a cubrir las brechas de financiamiento, pero los países del Sur Global siguen preocupados por las promesas incumplidas.

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Financiar es fundamental para construir resiliencia frente al cambio climático. Los países pobres apenas contribuyen a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero son los que más sufren las consecuencias del cambio climático. Para corregir esta situación injusta, los países más ricos, que se han beneficiado de la contaminación industrial, deben asumir una gran responsabilidad financiera. Según la ONU, los países del G20 son responsables del 77% de los gases de efecto invernadero presentes actualmente en la atmósfera.

Reorientar los fondos de los subsidios a los combustibles fósiles hacia proyectos climáticos podría intensificar significativamente los esfuerzos para combatir el cambio climático. Anualmente, estos subsidios varían entre 616 mil millones y 7 billones de dólares. Destinar incluso una pequeña parte de estos recursos a iniciativas ambientales podría tener un gran impacto a nivel mundial.

Los países en desarrollo necesitan asistencia para manejar su deuda de 29 billones de dólares, ya que al reducirla podrían disponer de más recursos para combatir el cambio climático. Para cerrar la brecha financiera, los esfuerzos deben sextuplicarse, lo cual es crucial para evitar que las temperaturas sigan aumentando. Lograr este objetivo requerirá un nivel extraordinario de colaboración global, destacando la necesidad urgente de alinear metas económicas y ambientales.